Para el correcto funcionamiento de cualquier caldera industrial de vapor, la empresa operadora del equipo debe realizar purgas y extracciones de agua de forma periódica para analizarse. Estos análisis ayudan a mantenerse informado sobre el buen funcionamiento de la caldera.
Los análisis hay que hacerlos en el agua de alimentación al menos antes de su puesta en marcha, para comprobar que el agua aportada tiene la calidad suficiente para formar el vapor deseado, y periódicamente al agua que se mantiene dentro de la caldera.
Aunque tradicionalmente se han modificado las características del agua en las calderas mediante aditivos químicos, se puede mejorar la calidad del agua de otras maneras, como propone ATTSU.