El principal objetivo de una caldera industrial es la generación de vapor. Dicho vapor es generado mediante una transferencia de calor a una presión constante. El fluido, que originalmente se encuentra en estado líquido, se calienta, produce una variación en su fase y se convierte en vapor saturado.
A partir de aquí, este vapor saturado puede tener distintas aplicaciones como la esterilización, el calentamiento de fluidos o la generación de electricidad.